EL momento de incertidumbre a dos terceras partes de avance del sexenio de López Obrador no puede generar una mayor percepción de riesgo. Es claro que va a haber interés activo en promover continuidad en el equipo político del actual Presidente por lo que debiera de ser un momento de recomendación de gran cautela en cuanto a la toma de riesgo e inversión.
Al mismo tiempo, la economía americana no se detiene y el buen acercamiento que ha habido entre ambos regímenes hacen que la demanda de inversión tampoco se detenga y ese riesgo se perciba a la vez como una gran oportunidad. Para mí la forma de convertir el aparente oportunismo de estas recomendaciones y convertirlas en estrategia es fundamental y repito, muy difícil de justificar.
Activé mi presencia en el mercado como Consultor durante todo este año recurriendo a mi área de especialidad que es Reclutamiento y Organización pero a su vez buscando siempre relacionarlo con una visión estratégica de negocio sobre todo enfocada a una nueva generación de emprendedores que ya no son mi generación por lo que me es aún más difícil el encontrar el mecanismo de comunicación para ser efectivo. Estos nuevos emprendedores son hijos del fundador, tienen probablemente un más alto nivel de educación profesional y representan en todos sentidos un cambio de cultura en la empresa. Su foco de atención es el mercado, la tecnología (calidad y manufactura) y el riesgo financiero por lo que es en muchas ocasiones es cuesta arriba hablar de proceso administrativo y de un plan de desarrollo organizacional.
Sin embargo las bases de mi propuesta de planeación estratégica son estas. Es importante reforzar la estructura organizacional partiendo de una visión compartida con respecto a un futuro complejo aunque atractivo. En general las empresas no están en crisis de supervivencia y esta oportunidad lo que permite es aspirar a asegurar la supervivencia de largo plazo y a destapar oportunidades de crecimiento.
El primer paso en cualquier intervención de este tipo es explicitar, preferentemente poner en blanco y negro, limpiar, complementar y depurar una visión para la empresa.
A fin de cuentas, esto se vuelve relevante y muy importante como las bases para asegurar una transición no explícita en el liderazgo de la organización.
Es muy importante por lo tanto, un buen diseño en cuanto a la participatividad siempre como parte de un proceso y no enfocado en la mera oportunidad.
Como estos procesos transcienden el momento de la oportunidad, es muy importante sentar las bases de futuro que permitan que la intervención no termine cuando dicho momento de oportunidad termina. Siempre quedan tareas y secuelas que deben terminarse una vez que pasa el momento de oportunidad. A esto me refiero con la necesidad de un proceso de apoyo que trasciende al momento.
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