En los últimos 2 años el rol del liderazgo se ha vuelto más relevante en lo que se refiere al cuidado de la gente y demostrar un genuino interés en la salud emocional de las personas, así como también ser sensibles del entorno al que se están enfrentando. En otras palabras, se ha vuelto más crítico desarrollar la empatía como una competencia fundamental del liderazgo.
Ser empático facilita la conexión emocional con las personas, lo cual genera un ambiente de confianza y con ello se logran mejores resultados del negocio a través de la gente, logrando congruencia con aquellas culturas organizacionales que expresan poner a las personas en el centro de todo.
Desde mi perspectiva quisiera reflexionar y retar algunos conceptos que se han dicho sobre la empatía como una de las cualidades de un buen líder. ¿Cómo saber si solo tenemos la intención de ser empáticos o realmente lo llevamos a la práctica? La empatía como competencia de liderazgo ¿es una habilidad, un conocimiento o una actitud? ¿Será suficiente con ser empáticos?
Considero que debemos ir más allá de la expresión que muchos hemos escuchado sobre “ponerse en los zapatos de los demás” y ser congruentes al pasar de la emoción a la acción para apoyar y entender lo que las otras personas están experimentando. A este proceso de actuar en consecuencia se le conoce como compasión y ésta se da cuando además de conectar emocionalmente con la persona y ponerse en su lugar, actuamos para ayudar y comprender lo que está viviendo.
Brené Brown en su libro “Atlas del Corazón” (noviembre, 2021) define la compasión como la práctica diaria de reconocer y aceptar nuestra humanidad compartida para que nos tratemos con bondad amorosa y actuemos frente al sufrimiento. De igual manera nos define a la empatía como un conjunto de habilidades emocionales que nos permite comprender lo que alguien está experimentando y reflejar esa comprensión; asimismo la autora describe a la empatía como la herramienta más poderosa de la compasión.
Pero ¿cómo llevar a la práctica la compasión y evitar quedar “atrapados” en la empatía?
Rasmus Hougaard, Jacqueline Carter y Marissa Afton, en su artículo “Conecte con empatía, pero lidere con compasión” (HBR, diciembre 2021) describen 5 estrategias para movernos hacia liderar con compasión:
1) Alejarnos un paso de manera mental y emocional.
2) Preguntarles qué necesitan.
3) Recordar que a veces solo requieren de nuestra escucha y presencia.
4) Ser un coach para que puedan encontrar sus propias respuestas.
5) Practicar el autocuidado.
Lo anterior pudiera representar ciertas dificultades para llevarlo a cabo, pero es posible lograrlo; solo necesitamos estar dispuestos a hacerlo. Empatizar con las personas no es algo que se pueda forzar, hay que realmente querer relacionarse con ellas en ese nivel compasivo. Como reflexión final, ¿qué tan empáticos y compasivos somos como líderes?
Diariamente tenemos la gran oportunidad de provocar un impacto en las demás personas con cada interacción que tenemos. De nosotros dependerá que ese impacto sea memorable, ya sea de forma positiva o negativa.
Luis Acosta: El autor tiene más de 15 años de experiencia como líder de la función de Recursos Humanos en diferentes empresas, es Master en Administración por la EGADE Business School y certificado por la Society for Human Resources Management como SHRM-SCP. Es Socio e Integrante del Consejo Directivo de ERIAC, así como participante en el Comité de Sentido Humano y del Foro ERIAC de la misma Asociación, actualmente ocupa el cargo de Gerente de Recursos.