El liderazgo empresarial contemporáneo viene demandando, desde hace algunos años, una reevaluación de las métricas de éxito arraigadas en la tradición empresarial, en la que es clave trascender de los confines de los informes financieros centrados exclusivamente en el EBITDA y reconocer el impacto crucial que ejerce el liderazgo en la cultura organizacional y su capacidad para fomentar la innovación, la colaboración, y en consecuencia, el éxito de las organizaciones.
Hace unos años, Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro de Davos, destacó la necesidad de una “Gran Redefinición del Capitalismo”. Este cambio enfocado hacia un enfoque más consciente, centrado en el bienestar de las personas, debe ser emprendido por líderes genuinos y conscientes dentro de las organizaciones.
Nos enfrentamos a un entorno empresarial en constante cambio, donde los eventos imprevistos y los cambios instantáneos son cada vez más frecuentes. Un escenario empresarial es cada vez más efímero y veloz, dónde es difícil determinar las causas y efectos.
En este contexto vertiginoso, nos planteamos la interrogante crucial de cómo medir el impacto del propósito que impulsamos y la inteligencia colectiva que nutrimos en nuestros equipos de trabajo. ¿Estamos fortaleciendo nuestras habilidades como líderes y miembros de equipos para afrontar los desafíos actuales y futuros, donde las competencias más demandadas están cambiando debido a una mayor implementación de la tecnología en los negocios?
El liderazgo efectivo va más allá de dirigir equipos hacia metas comerciales. Implica crear un entorno propicio para el crecimiento y la prosperidad individual. En un mundo empresarial complejo y dinámico, el éxito no puede medirse únicamente en términos financieros, sino también en el impacto positivo que generamos en las personas y en la sociedad en su conjunto.
Es necesario reconocer la importancia de la adaptabilidad y la resiliencia ante la constante evolución empresarial. Evaluar la contribución de los líderes va más allá de los resultados financieros tradicionales, requiere comprender su capacidad para adaptarse y guiar en un entorno cambiante.
En conclusión, es hora de redefinir nuestra concepción de éxito y cultivar líderes que impulsen no sólo el crecimiento económico, sino también el desarrollo personal y profesional de quienes les rodean. Es necesario abrazar con valentía y determinación el desafío del liderazgo, pues en ese camino hallaremos el verdadero progreso y la auténtica excelencia empresarial.
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Autora: Edith González Villarreal, tiene como propósito el llevar la función de Talento a la toma de decisiones en los negocios, es CHRO para Grupo Financiero BASE y VP del Foro Eriac 2024. contacto@eriac.com.mx